viernes, 30 de mayo de 2008

Cap X (se esclarece la trama)

X

Vamos a entrar.
Pero es una línea de subte.
Seguime.
¿Por dónde te metes?
Quedate tranquilo.
Iban caminando en la oscuridad, dentro del túnel del subte. El miedo de Ernesto, más que a un vagón, era un cable electrocutado o pisar algo y lastimarse. La oscuridad era profunda, inabarcable. Le parecía eterna, aunque fueran solo pocos minutos. Y estaban a pasos de la Iglesia de Bolívar y Alsina. Pero subterráneamente. Ernesto M. no tenía ni la menor idea de ello.Lo único que lo mantenía atado al mundo real y en el que había estado hasta hacía breves instantes, era la mano de Edith; que le dijo:
Vos quedate agarrado a mi.
Y si, ¿lo mínimo, no?
Te lo bancas bien. Yo la primera vez temblaba de miedo.
¿Y a dónde vamos?
Ya estamos llegando.
De repente la luz, y el aire. Pero estaban bajo tierra. Y una entrada sombría y austera.
Esto es re militar.
Sí.
Parece raro.. ¿a quién llamás?
Ya vas a ver.
Es una obra de teatro. Te agarre.
¡¡Exacto!! ¿Cómo supiste?
Estás llamando a una amiga con el celular.
No. ¡Puta madre!
Apareció Daniel. Lo primero que sintió Ernesto M. fueron celos, después confusión.
D: Buenas noches.
E.M: ¿Qué es esto?
E: Ya sabés. Pasá.
La clave en latín sorprendió a Ernesto M. Si era una obra de teatro, ¿Por qué no había puesta en escena, por que no habían cambiado sus nombres para la actuación? Entrar al lugar lo dejo boquiabierto. Rapidamente, comprendió que estaba en una gran casa vacía. Temió que fuera una secta. Paredes sin decorados excesivos, pero llamativas. Porque había escudos y unos papiros que Ernesto M. malinterpretó como diplomas. Comenzaron a aparecer individuos de túnicas oscuras. Verdes, negras, azules y marrones. La iluminación no era natural, pero era por demás suficiente. Además todos pare- cían tener algo en común. Todos parecían ser intelectuales o tipos que cultiva- ban algo. Ernesto pensó que era una secta.
¿Esto que es?
Es una armadura.
Del siglo XVIII. ¿Te gusta? –dijo Daniel.-
Sí, esta muy buena.
¿Cuál es tu apellido?
M.
Ah,.. no hay escudo. Pero todo apellido tiene heráldica.
Ernesto pensó que ese lugar era maravilloso y embotaba completamente su vista. Aumentó la claridad del recinto. Pero no fue solo eso. De a poco, iban apareciendo mas personajes. ¿De dónde salían? Todo parecía imposible de explicar o al menos de comprender. Si no había lamparitas, ¿Cómo carajo se iluminaban? El salón, ahora visto con mayor atención era gigantesco. Se destacaba una silla en una de las cabaceras. Recordó a Los Simpsons en la logia de los Magios y estuvo a punto de reírse. ¿No había libros? ¿A qué se dedicaban?
E: ¿Qué me van a hacer?
D: Te vamos a informar.
E: ¿Sobre que?
D: Sobre lo que somos y lo que hacemos.
E: ¿Por qué a mi?
D: Porque a vos no hay que explicarte mucho, ni convencerte de nada. Vos ya tenés clara como son y funcionan las cosas.
E: Entiendo poco.
D: Decíle Edith.
Ed: Ernesto, vos sabés perfectamente que las cosas están mal. A nivel nacional y mundial.
E: Sí, ¿y?
Ed: Que lo que no está bien hay que cambiarlo. Si tengo diez bolsas de comida para veinte personas, una no se puede quedar con quince. Y que 300 familias no pueden controlar el ingreso que le corresponde a casi el 60% del mundo. O sea, mas de tres mil millones..
E: Resumiendo: Hay que cambiar las cosas.
D: Por favor. Silencio. El líder está llegando.

martes, 27 de mayo de 2008

Capítulo IX (no es bueno que la mujer este sola)

IX

Eh, .. no. Me sorprendió que me hallas llamado.
La verdad es que la pase bárbaro el otro día.
Yo también.
¿Vamos al lugar que fuimos el otro día?
Sí, pero yo a las cuatro no suelo almorzar. Ni cenar.
Ja,ja sos guacho. Es el horario que puedo.
No, tengo padre y madre.
Es cierto. Hay muy poca gente que sabe del verdadero significado de la palabra.
Mira, hay viene el colectivo.
Sí, hay viene.
Viajaron en el colectivo.
¡Escucha!
Que lindo tema.
¿Tema? No, es una obra de arte.
¿Qué es?
Something.
¿De los Beatles?
Sí.
Escuchame.
¿Qué?
Después, a la noche. A eso de las ocho u ocho treinta. ¿Hacés algo?
No,no. ¿Por? –fue el principio de su fin. Aunque paradójicamente, a partir de ese momento sería feliz. O se sentiría feliz. ¿No es eso la felicidad? En princi- pio una sensación personal e intransferible. Aunque en realidad si, el tenía co- sas para hacer a partir de esa hora. Pero no valían la pena seguir haciéndolas para sentirse desdichado; o si esas cosas no podían evitar la desdicha.
¿Y esto?
Robert Plant.
¿Quién es?
Era el cantante de Zeppelín.
¿Seguro?
Seguro.
Pero yo me lo imaginaba más..
Te lo imaginabas bien. Pero también es esto.
Tomaron café. Y hablaron. Había algo que estaba fuera de los cálculos: Es que a Edith le gustaba de verdad Ernesto M. Eso estaba fuera de cualquier proyec- to. No debía ocurrir.
Que bueno. Yo no sabía. Lástima. Lástima que no puedas publicar.
O vivir de esto.
Si, es como .. como si no hubiera espacio.
Es que además no le conviene a nadie.
Ni a los escritores.
Ni a los que editan.
Imaginate un escritor consagrado jugándose por alguien como vos que es completamente desconocido..
Es que además no es negocio. ¿Cuánta gente lee?
No se, pero dicen que este año hubo un boomb de ventas.
¿Qué tiene que ver?
Digo, se supondría.
No, no supongas. Una cosa es comprar libros y otra leerlos. Yo mismo compro más de los que leo y leo cinco o seis por mes. El mejor ejemplo son los discos. La gente no escucha música, la consume.
Sí, es una gran verdad.
¿Qué miras, que pasa?
Son las siete y media.
¿Querés ir yendo?
Dale.
¿Te molesta si te digo algo?
Lo que quieras.
Sos un poco obsesiva.. por la hora lo digo.
No, no me molesta.
¿De que te reís?
Es que sos muy atento.
¿Y te causa gracia?
No, al contrario. Me gusta pero creo que no es común.
Pasa.
¿Ves lo que digo?
Tenés razón.
Gracias.
¿A dónde vamos?
Es una sorpresa.
¿Me gustará?
Con seguridad, pero..
¿Qué?
Bueno, es que es difícil decirlo.
Si querés me doy vuelta.
Ja, no hace falta. Tonto.
Y no hizo falta. Porque antes que Edith intentará poner en practica el discurso tan largamente ensayado, Ernesto M. la besó. Y lo peor fue que ambos se sintieron muy bien. Era la única misión que Edith estaba disfrutando. Y además, era la más importante.

viernes, 23 de mayo de 2008

Miserias (pausa a la novela)

Don,¿No me da una moneda?

Don….una moneda para comprar algo para comer.

Eh! Vo´…si, vo´ gato. Te estoy pidiendo una moneda, nada más.

¿No me das bola porque hablo feo? ¿Porque me visto mal? ¿Porque tengo feo olor?

Ningún problema señor, le hablo como corresponde, si así lo desea. ¿Prefiere que le pida una ayuda, una colaboración, lo que a usted le sobra para poder llevar algo de comida a mi casa esta noche?

Si, ya se, usted dice que soy una chanta. Que mi hija que tengo en brazos es alquilada, que tendría que ir a trabajar. Y que si no fuera alquilada me tendría que joder por haber traído una criatura al mundo sin tener con que mantenerla, que tendría que cerrar las piernas.

Qué diferencia tiene mi hija no buscada con la de su vecino? Si, ese que encima no se hizo cargo y no le pasa alimentos? Yo me hice cargo y la tengo conmigo. Qué quiere que haga con ella? Que la tire? Como? Que tendría que haber cerrado las piernas? Bueno, discúlpeme señor, lo mismo tendría que haber hecho su madre, al haberlo traído a usted y sus seis hermanos para no darles nunca cariño y encima ser criados por la mucama.

Yo la tengo conmigo y salgo a la calle a rebajarme ante sujetos como usted por migajas. Pidiéndole que me regale lo que usted no usa, lo que usted va a tirar. Y encima que no me da una moneda que no necesita para viajar en su auto, se enoja cuando le sacamos la basura. Si quiere tanto a su basura ¿Por qué no duerme con ella? ¿Por qué no la abraza?

Sinceramente quisiera tener otra vida. Quisiera poder trabajar dignamente y sin riesgos. Riesgo de morirme infectada por los desconsiderados que tiran jeringas a la basura. Riesgo de que a mis hijos les pase algo mientras yo salgo a trabajar. No pretendo que el Estado me de lo que no tengo. Tan solo pido que el Estado haga algo para que yo pueda ganarme lo que me corresponde. Y si no es para mí, que empiecen a hacer algo para que mi hija no termine como yo.

Porque la culpa de que yo no me haya cuidado y tenga a mi sol en brazos, no es mía. No, nadie me violó. Al menos no desde que empecé a defenderme.

Pero tampoco hubo quien me pudiera explicar como cuidarme. Ni siquiera mi madre, que trajo al mundo más chicos de los que podía mantener, pero así había sido criada ella. Y si sigo en la cadena genealógica, no terminaré más.

Señor, usted, que me está ignorando, no logrará que deje de existir. Porque mientras usted sigue su camino, me volverá a encontrar con otros nombres, otros sexos, otros chicos, en la boca del subte, al lado de las boleterías, repartiéndole estampitas o arrastrando un carro.

Sé que piensa no tener culpa alguna en todo esto. Pues permítame decirle que sí la tiene. Si, señor. Porque de usted es la responsabilidad indirecta de todo lo que está pasando con nosotros. De Usted y de todos los demás que lo único que les importa es cuánto les falta para poder cambiar el auto por uno mejor. De usted que permite que el Gobierno que esté de turno haga lo que quiera con nosotros tan solo para que usted no se queje. Yo seré pobre económicamente.

Pero usted es un pobre tipo. No se da cuenta que mientras usted no se queja, no solo nosotros seguimos existiendo, sino que usted es candidato.

Vamos, no se desanime. Cuando quiera le enseño. Piensa que no le va a tocar? Bueno, él también pensaba ello y ahí lo tiene. Todavía no logra levantar la mano para pedir de la vergüenza que siente. Ya lo hará. Porque el hambre hace milagros. Logra que gente como usted, pueda sentirse uno de nosotros y aprenda a pedir y prestar atención, en vez de ignorar.

Vaya tranquilo. Yo no lo estoy amenazando. La realidad lo amenaza. No, a mi no. A usted. Yo nunca estuve amenazada por la realidad. Porque yo soy realidad desde antes de nacer.

martes, 20 de mayo de 2008

CAPÍTULO VIII b

B

Me tenés que dar una respuesta.
AH,.. ¿cómo hombre o como mujer?
Pero no seas tan pelotudo.
Antes de pelotudo, Daniel.
Dale, che.
Loca, parecés un hombre. ¿No lo habrás asustado?
Me parece que nunca tuvo novia.
No, por favor. ¡Es imposible!
Es un mundo muy loco.
Entonces, llamalo ya.
¿Qué, como?
Lo obligas a tomar la iniciativa.
De ninguna manera. Si, yo..
Vos a pesar de ser mujer, vas a tener que hacer casi todo: lo sorprendes, lo alegras y lo metes en un aprieto.
Pero: ¿Qué le digo?
Uno: Que la pasaste bárbaro. Dos: que tiene que hacer una misión. Ja,aja
No seas tan boludo. Dos: ¿Cómo andás? Y tres..
Tres , ¿Qué?
¿Qué me gustaría volver a verlo?
Hum.. te estás enamorando.
No. ¿Vos con tu novia?
Eh.. bien.
¿Pasa algo?
Por el momento no la veo.
¿Por qué?
Hice un cagadón.
Que raro.
No, es común.
Dale contame.
No puedo no hablo más del tema. ¿Che este pibe…
Es un poco lento.
Bastante.
Temo que sea virgen.
No creo.
Tiene un problema con las mujeres.
Todos.
No, no , .. es algo distinto.
Por favor, no olvides la señal.
¿Qué señal?
Cuando entrás.
Ah, si la tengo memorizada. Para, para.
¿Qué?
¿No se va a dar cuenta?
Tenés una misión que hacer, no discutirla.
Está.
Esta ¿Qué?
Lo que vos digas.
Dale, llamalo.
¿Qué?
Llamalo ya.

viernes, 16 de mayo de 2008

Capítulo VIII (¿nunca es triste la verdad?)

VIII


A

Pero, pero la tenía entregada.
Está bien, quedate tranquilo.
La llamo.
No, ahora no.
Pero sigo perdiendo terreno.
No, si estaba entragada en ese momento debería estarlo ahora.
¿Y cuándo la llamó, Fabián?
Mañana.
Estás seguro.
Seguro no hay nada.
Dame alguna certeza.
Pero carajo: ¡¡no le tengas miedo a la vida!!
Y si llamara hoy..
Por favor haceme caso.
No sabés como sufro.
Sí, pero nunca. Nunca te arrodilles ante una mujer.
¿Y eso a que viene?
¿Qué me pasó a mi con esa gorda hija de puta?
Sí.
Todas las mujeres te traicionan Ernesto. Todas.
Vos lo decís..
¡¡Las pelotas!! Hablo de algo más filosófico y profundo. La única mujer que no te va a traicionar jamás es tu madre. Pero así y todo te absorve. ¿Entendés? Frase de Angel Ganduolfino.
Te saca libertad.
Excato.
Debería haberla besado.
Pero no lo hiciste.
¡¡Que boludo!!
Amigo: Eso le pasa a cualquiera no jodás.
Si, si le pasa a los boludos particularmente.
No, te falta un poco de experiencia y estás lógicamente nervioso. Si fuera con la quinta mina que te pasa te tengo que decir que sos un boludo. Además … ¡¿Qué le leíste?!
¿Te lo leo?
No, por favor no.
Bueno.
No te pongas mal.
No tenés ganas.
Debe ser algo de política, pero te creo que es bueno.
Nunca me pasó.
¿qué cosa?
Eso. Además..
¿Qué?
Nunca cogí sin pagar.

martes, 13 de mayo de 2008

CAPÍTULO VII (la poesía incómoda...)

VII

Hola Edith.
¿Qué tal, Ernesto? –el estaba muy nervioso y ella debía fingir que también lo estaba.-
¿Tenías pensado algo?
Y.. no, aunque podríamos tomar o comer..
Sí.
¿Te parece?
Pero en un lugar barato y pagamos a mierda.
No tengo opción.
No, no tenés.
Dejate de joder, no yo pago.
Ya te dije.
Que carácter, pero acepto.
Yo conozco un lugar. Se llama Circo y arte.
Nunca fui.
¿No lo conocés?
En realidad, si.
¿Cómo?
Es que me lo recomendaron.
¿Y seguís escribiendo?
Sí. Si querés después te lo leo.
Ah,.. trajiste algo.
Si es raro.
¿Por?
Porque es medio derechozo.
Es lo que te salió.
Es lo que se puede.
Pero no te tires a menos. Me lo lees después de comer. ¿Te parece?
Me parece perfecto.
Comieron y hablaron bastante. A Ernesto M le pareció que podía ser el principio de algo, y no sabía (entre otras cosas) como preguntar lo principal:
¿Vos estás en pareja? –el tipo con esa sutileza que no lo caracterizaba. Y su manera tan frontal.-
Hasta hace poco, pero ahora.. Ahora estoy algo confundida. Creo que necesito estar sola. –lamento haber dicho esto último porque sabía que podía hundir la poca confianza que a Ernesto M. le quedaba.-
Creo que debería seguir solo. –y claro, debería mostrar firmeza y decisión.-
Pero no es bueno que el hombre este solo.
Ni la mujer.
Más vale solo..
Y cuando la limosna es grande.
Sos gracioso. Y sencillo. Eso me gusta.
Bueno, gracias. Vos también sos gracioso.
¿Qué?
Es un chiste, sos sencillo también.
Es bueno que tengas sentido del humor.
O el humor sentido.
Está bien. Mirá es un poco tarde,..
Te vas a ir.
Si, pero antes me prometes una cosa.
Decime.
Que nos volvamos a ver.
Y te leo lo que escribi.
No.
¿No querés?
No, me lo lees ahora. ¿O es una novela?
Bueno, que se yo. Es..
Dale, tenete algo de fe, che.
Arranco: “Nosotros.
Nosotros somos.
Somos nosotros.
Nosotros somos linyeras.
Los orgullosos linyeras del capital.
Los miserables y desposeídos del capital.
Y queremos.
Queremos vivir.
Queremos vivir mejor.
Queremos vivir mejor que usted.
Queremos vivir en Capìtal.”
Perdón.
Sí.
Es muy buen estilo.
¿Sigo?
Sí.
“A pedir en la sociedad.
Al pedir de la sociedad.
Y a apedrear la sociedad rural.
Y a pintar desprolijos un mural.
Hacer una guerra por la paz.
Hacer una pacífica guerra.
O una paz violenta, o una paz que violente.
Hacerlo.
Hacer todo.
O hacer algo.
Hacer lo que podemos.
Porque ya no nos sale ni la caca.
Y la marcha que te mancha, te aplasta
Te garcha y te plancha la grasa.
Te peina la estaca con ganas.
Te robo la chacra,
Te miro los rulos, te sacan los rublos,
Te tocan el culo y te congelan los ahorros para el bulo.”
Uy, ¿tenés una copia de eso?
Eh.. si.
No pares, seguí.
“Pero nos obligan, no nos fuerzan.
Igual nos doblegan.
Nos dan libertad, pero ya no sabemos.
Ya no sabemos que decir. Ni para que.
Queremos los derechos.
Queremos los derechos humanos;
Aunque hayamos dejado de serlo.
Queremos los derechos de los humanos.
Somos los derechos humanos inconclusos.
Queremos los derechos y los izquierdos.
Por derecha o por izquierda.
El mango y la sartén.
Dejenos el aceite hervido y vencido.
Es algo.
Un buen principio.
O un mejor final.
Es que a cambio de los derechos..
Cedimos. A cambio de los derechos cedimos:
La esperanza, la dignidad.
Resignamos el placer intelectual.
¿Y cuándo?
¿Cuándo el hombre avanzó?
¿Cuándo el hombre avanzó tanto como ahora?
Tanto, tanto. El hombre avanzó tanto.
Tanto que avanzó como un tonto.
Como pudó y como no debió hacerlo.
Dejamos el trabajo y nos dieron una moneda.
No pudimos criar a nuestros hijos y se prendieron fuego drogados y alienados con la excusa de una bengala.
Dejamos los libros por M.Tinelli.
Ya no estudiamos porque nos alcanza para la cerveza.
Y usted.
Usted ha.
Usted ha avanzado.
Usted ha avanzado con la sociedad.
Se comprará y se venderá.
Se comprará una casa y/o un auto.
Usted lee. Seguirá leyendo mientras cortamos la calle. Su calle. El derecho a transitar termina donde empieza la ignorancia, la miseria y la falta de fe en el futuro.
No solo es por envidia. También es por odio. Porque usted es un hombre, y nosotros lo que pagó para llegar a serlo.”

martes, 6 de mayo de 2008

Capitulo VI (viernes 9/5 el siete)

B

Un living muy grande. Una casa casi lujosa. Bastante iluminada. Una chimenea. ¿Funcionaría? A la izquierda del living dos cuartos cerrados con llave, y a la derecha una cocina-comedor de considerables dimensiones. Música casi gutural e insistentemente repetitiva y muy fuerte. Música de boliche bailable mayormente. Y antes de llegar al quincho del fondo, unos treinta metros de parque. Pero lo que realmente incomodaba a Ernesto M. era la cantidad de gente. ¿Treinta, cuarenta tal vez? Y por lo menos diez mujeres.
Carlos: ¡Feliz cumple, Ariel!
Ariel: Gracias, ¿Qué tal muchachos?
Ernesto: Feliz cumple.
Fabián: Feliz cumple. Felicitaciones. Pero, ¿Por qué no nos dijiste, boludo? –mirando a Carlos-.
A: Porque no quería que supieran.
ER: ¿Cómo?
A: Sí, porque es una fiesta compartida. La hice con otro pibe. Además está casa fue alquilada para la fiesta. El cumple es una excusa.
Fab: ¡Que locura!
A: Faltan mujeres, ¿no?
E: Depende.
A: ¿Depende de que?
Fab: Por ahí sobran hombres…
Y en medio del ruído y el artista que solo el conoció. ¿Quién es el? El artista era Tom Petty. ¿Quién lo reconoció? El que lo reconoció fue Ernesto M.
Pero atravesando el ruido y la confusión, un hombres se destacaba sobre los demás: era alto, barbudo y de mirada penetrante. Hablaba lentamente y siempre estaba rodeado de alguna mujer.
E: Fidel Castro –dijo señalando al sujeto en cuestión-.
C: Tiene onda.
A: Por ahí es el hijo.
E: ¿Lo conocés?
A: No, no lo juro.
C: Es inocente, oficial.
F: Pero no entiendo.
E Será amigo del otro flaco.
A: Vamos a chupar, y a bailar. Les voy a presentar a unos amigos.
Lo que siguió a continuación fue casi insoportable. Ernesto M. se había saturado al segundo saludo. Estaba fuera de foco. Arrepentidísimo de haber ido hasta allí. Al principio parecía muy bien acompañado por Fabián..
Fab: Es una puta.
Ern: Estás en pedo.
Fab: No, no vos nunca me viste..
Er: Sí.
Fab: Te digo que no. ¡¡No, carajo!! –y ya mucha gente se daba vuelta a mirar lo que estaba pasando-.
Ern: Perdón, no te enojes, quedate tranquilo.
Fab: Pero tengo razón.
Ern: Por supuesto -¿no es algo muy difícil hablar con un borracho?-.
Fab: No me cargues.
Ern: No, no te cargo.
Fab: Me das la razón como a los locos.
Ern: No pasa nada. Quedate tranquilo.
Fab: Me dejo.
Ern: ¿Tu novia? ¿Cómo y cuándo?
Fab: ¡¡Que mierda te importa!! ¿Por qué carajo te metes? Hace la tuya y no me jodas.
Ern: Es que vos me estabas contando..
Fab: Es que vos sos igual que ella. –lo apuntó con el dedo-. Puto, cagón. No sabés, si sabés que un hombre solo no es un hombre. Y vos siempre estás y vas a morir solo.
Carlos: Afloja, no tomes más. –y le sacó el vaso.-
Fab: ¿Les grite? Fue sin querer.
Ern: no, no es que..
Fab: Te había dicho que me saques el vaso. ¿Viste que es el ravi? Ravi Shankar. Lástima que ninguno de nosotros sea George Harrison.
Ern: O Patty Boyd.
Fab: Ja, ja si. Tené mucho cuidado vos Ernesto.
Ern: ¿Por?
Fab: Vas a tener grandes problemas y desilusiones. No quiero que tengas una vida de mierda, pero pero va a ser muy difícil. Sí, va a hacer muy difícil porque sos muy buen tipo.
Car: Nadie es perfecto.
En ese momento Fabián salió tambaleándose hacia el quincho. Todos estaban mirándolo. De a poco, volvía el ruído.
- Estaba borracho tu amigo.
- Ernesto contestó: Sí,. –el tal Fidel se había acercado.-
- Mucho gusto, Daniel.
- Igualmente. –dijo Ernesto estrechando su mano y no recompuesto todavía de la situación.-
- Te iba a agarrar a vos.
- ¿Motivo?
- Te reíste de mi.
- -corrió frío por la espalda de Daniel. Penso que tenía una maldición.- No, nooo me..
- Dejate de joder. Pero tranquilo, che. Cuando vi que tu amigo dijo eso de vos, di por sentado que eras buena persona.
- Puede ser.
- Es. Y andás confundido por la vida.
- No, no yo…
- Sí, si un borracho te complica de esa manera. – y Daniel hablaba con mucha convicción y simpleza. Llamando a las cosas por su nombre, como le gustaba a Ernesto. Como debería gustarnos a todos que nos hablen.-
- Es que es un amigo.
- ¿De qué hablás?
- Me hace mal ver a un amigo borracho.
- ¿Amigo? Ni borracho te puede hablar así. No solo no te defendiste. Además te dolió.
- ¿Y quién te lo dijo?
- Tu cara, tu expresión. ¿Qué estudias?
- Yo, eh nada.
- Nunca contestas con convicción.
- Puede ser. Tenía ganas de estudiar luteria.
- Si te da vergüenza decirlo. No se si deberías hacerlo – y tenía razón, se daba cuenta de todo lo que se le pasaba por la cabeza a Ernesto mientras hablaba. O mientras intentaba hacerlo.-
- Es que es una situación chota.
- No, mira vos no estás conforme con tu trabajo, con tus amigos. No estás conforme con tu vida. Pero si molesto me voy.
- Está bien, está bien. Tenés razón –si era de ese modo.-
- Y todavía no se tu nombre.
- Es Ernesto.
- Perfecto, perfecto. Che, ¿te puedo decir algo más?
- Lo que sea.
- Acá estás muy aburrido.
- Y.. no es fácil.
- ¿Porqué?
- Porque sencillamente, no estoy acostumbrado.
- Ah, muy bien. ¿Y que es lo que hacés como para decir eso?
- Y, leer. Escuchar música. Música en serio. No mucho más. Si, perdón: veo fútbol.
- No vas a la cancha.
- No.
- Lógico. Lo malo es que evidentemente no te adaptas a esta gente. A tu gente (porque tienen tu edad) y al mundo. Lo bueno es que vos no sos como todos estos. No. Vos sos distinto. ¿sos artista o algo así?
- No.
- No, ¿Qué?
- No señor.
- En serio loco.
- Si, vos lo dijiste mucho mejor de lo que yo podría haberlo hecho. Tengo una vida chota y por eso leo mucho. ¿O es al revés?
- Que confesión para estar sobrio. ¿Tenés novia?
- Se nota.
- ¿Por?
- Nada. No te persigas. Contame de tu trabajo.
- ¿Qué querés saber?
- ¿De que trabajas?
- Soy empleado del Gobierno.
- ¿Cómo es?
- Una mierda total.
- Para, para. Vuelvo a insitir: ¿te molestan mis preguntas?
- No, en absoluto.
- Sos un nihilista auténtico.
- Soy Mc-Cartney-leninista.
- A mi, a mi me gusta más Harrison. Además eran cuatro.
- De verdad soy marxista . –era raro que Ernesto dijera eso, pero le dolía que le dijeran nihilista. Le dolía y mucho.-
- Ya lo suponía. Pero no tenés fe en las masas.
- Es que son una mierda. La masa (como su nombre lo indica) es algo que se moldea.
- No te equivoques. Hay procesos. Además vos mismo lo dijiste: deben ser moldeadas por su líder.
- Posiblemente.
- Además hay procesos históricos. Y la revolución rusa fue el último levantamieno, el último de los grandes acontecimientos de la humanidad. ¿Me equivoco?
- ¿Y la segunda guerra, la caída del muro?
- Hablo de acontecimientos positivos.
- Está bien. ¿Cuál será el próximo?
- Los intelectuales como vso pueden hacer algo.
- Una obligación moral.
- ¡¡Error!! Es ante todo una obligación humana. El capitalismo va a terminar con todo y con todos.
- Exacto.
- ¿Y no vas a decir nada a nadie?
- Cada tanto, a algunos.
- ¡Cada tonto! Hay cada tonto.. Flaco decime que harías ya. ¡¡Ya, una idea!!
- Ehm… intentaría concienciar a la mayor cantidad de gente posible.. utilizando el medio. El medio, el medio de comunicación más masivo que..
- Sería la tv.
- Eso. Y simplemente mostraría como van a terminar las cosas si seguimos de este modo. Hay que ser claro, ilustrativo y conciso. Corto. Todo lo más corto o escueto posible y .. no escatimaría al uso de imágenes.
- Decime si tenés tan claros conceptos. ¿Qué hacés además de leer?
- Escribo algo.
- Eso puede ser productivo.
- ¿Vos?
- ¿Yo que?
- Que que hacés.
- Estuve en el Pc, y ahora estoy por hacer una ONG.
- ¿Para?
- Para lo que vos dijiste. Para concienciar a la gente. Lástima que seas tan nihilista. Bueno, te dejo..
- No, no escucha.
- ¿Qué tenés en el bolsillo?
- Algo que escribi.
- Me interesa.
- Es que no está terminado.
- Mejor aún.
- Va un cartonero por la calle. Va esto yo lo soñé. Va el cartonero por la calle y mete cosas en su carrito. ¿Está bien? De todo. Todo lo que te imagines. El carrito parece infinito. Llega a un semáforo X. Allí en ese semáforo mete a la clase media. O mejor dicho, a un tipo que la representa. Días después se lo vende a un tipo que tiene una bandera o una remera de usa.
- Que representa a los yankis.
- O a la oligarquía, al imperialismo. ¿Aburro?
- Me gusta. Seguí.
- El supuesto Iñaki le da mucha mucha plata. El cartonero se baña, se afeita, se cambia la ropa. Cambia su vida tanto, tanto que se compra un auto. Y ahora está el problema del final.
- ¿No lo tenés?
- Tengo una idea en el aire, pero no lo escribí.
- ¡¡Contala!!
- Un día o meses después, el burgues que era cartonero va en su auto. Llega al semáforo X, ¿te acordás?
- Perfectamente.
- Bueno al llegar al semáforo ese se da cuenta, al mirar al carrito del cartonero que esta a su lado, que va a terminar como el otro burgués. O sea, más tarde o más temprano..
- Dentro del changuito de algún cartonero.
- Como el resto de la clase media.
- Como todos.
- ¿Qué tal?
- Tenes talento. ¿Seguro que no te interesa nuestro proyecto?
- No, la verdad que no.
- No importa. Está bien. Espera que te presento a alguien.
Apareció en ese momento una de las mujeres que habían rodeado a Daniel casi toda la noche. Era evidente que no era su pareja, pero ella tenía una gran admiración hacia el. Ernesto mientras la veía dirigirse hacia donde estaba parado (y pensaba a su vez que al menos estaba pasable), hubiera apostado que Daniel mantenía relaciones sexuales con ella; que se llamaba:
Edith, como estás.
El amigo es escritor.
¡Que bueno! ¿Publicaste?
No, no. Ni siquiera vivo de esto.
AH, ¿de que vivis?
Soy empleado del gobierno.
Contale, che. Contale a ella.
¿Qué cosa?
Lo que me leíste.
Daniel le guiñó un ojo a ella y los dejo solos. Al principio le costo mucho hablarle, pero a medida que lo hacía ella parecía más interesada en lo que el iba diciendo.
Bueno, hasta ahí llego.
Pero es muy, muy bueno. Deberías hacer algo.
Tengo otras cosas.
¿Mejor que esto?
Te juro que algunas si.
Ay, perdoname que .. que tarde. Yo me tengo que ir. Tengo un exámen –mentía la puta de mierda. ¿Para que se perdía tanto tiempo hablándole? Bueno, al menos era un buen intento. Y el sabía que debía ser algo más audaz.- Pero para no me mires así,: ¿Te parece que nos volvamos a ver?