martes, 8 de abril de 2008

CAPÏTULO DOS bis (nada que ver con el resto)

CAPITULO DOS BIS

Bueno, ... ¿Cómo es tu nombre?
Martín.
Martín, mucho gusto –dijo estrechando su mano-. Yo soy Alberto. Te repito: Te
entiendo, pero no puedo hacer nada.
Mucho gusto, sí. Claro, claro, pero vos... Vos me decís eso. Y yo.. Yo como di-
rector, ¿qué le tengo que decir a la gente?
Eso yo te entiendo. Mirá, está es la parte más jodida de mi trabajo. Vos sabés que
el Subministerio de Desinformación me recorto 380000 pesos del presupuesto anual...
Todo esto es cierto, admás Alberto era incapaz de mentir. De hecho, se ocupaba
de cosas que no le correspondían. Pero con las buenas intenciones no siempre sirve. Tra-
bajaba en una amplia oficina dependiente del Subministerio. Y cada vez había menos
dinero disponible. Tarde o temprano, el terminaría fuera de presupuesto, pero eso es para
otra historia.
Pero disculpame, ¿no se puede hacer nada? .... Me cortan los huevos.
No, vos Martín te equivocaste. No podés hacer ingresar a nadie. La verdad para de
finirlo correctamente es así: Si a vos se te va uno o dos vigiladores, eso no implica que pue
das contratar a otros. En tal caso, en tal caso estás obligado a pedir por nota una autoriza-
ción.
Son dos personas con contratos. Son dos personas sin trabajo.
Sí, ya se. ¿Hace cuánto trabajan?
Uno,. , uno, cuatro o cinco meses. Y el otro uno.
Antes, me habías dicho que en tu dirección se había ido uno... ¿Sabés? ¿Me aguan-
Tas un segundo? Voy a hacer un llamadito y hablo con la secretaría de Pandolfio. A ver si
Podemos al menos salvar a uno.
Y esto políticamente...
Esperame, esperame. –a Alberto parecía que nunca le alcanzaba el tiempo.
Rosalía, escuchame bombón aca te habla Alberto. Sí, sí el mismo. Negrita, ¿sabés porque te llamo? Amarrgo y Rombian. AH,,,.. ¿¡Ya te bajaron esa orden!? Puta, no no es
Con vos. Es que acà estoy con Martín-- ¿Tu apellido? Con Martín Rulli. Bueno, bueno.
Igual te agradezco. Tu hijito. Me alegro. Después te llamo. ¿Cómo? No, no sé. Pero te promete que te lo busco.
Esto políticamente. Pero ojalá, no te voy a mentir. Si vos hubiéras venido hace dos o tres semanas posiblemente te decía que hables con el Subministro.
Está bien. Deja Alberto. Ahora hablo con mi secretaria y veo como me pongo en contacto.
No pudo comunicarse en ese momento. Bajo en el ascensor pensando en la injusticia que tendría que cometer. Estaba muy arrepentido de ser el director de esa área y sabía que no podría resistir más de un par de meses. Todo por hacerle caso a Vicente Rossi. En Argentina, ¿quién tiene poder, quién tiene voluntad para cambiar las cosas? ¿Hay alguien con ganas de dar un paso al costado para que las cosas esten solo un poco mejor? Pero tenía claro que parte del juego para continuar en política (sea ascendente o descendente) incluía todo esto y cosas peores aún.
¿Lo llevo jefe? ¿A su casa o a la oficina?
Por favor a mi casa Raúl. Y después te vas. Ah, mañana… Bueno, ahora me fijo adentro del auto y te digo a que hora vengas.
Bueno, bueno. ¿Pasó algo?
No, lo de siempre. Es que estoy medio cansado.
Ingresaron al auto. A las pocas cuadras una gran culpa invadió a Martín. Casi como por instinto ingirió Bromazepan.
Y bueno.. Mañana venite a las 12:30.
¿Perdón?
Es que la culpa y pensar en cuanto trabajaba su chofer, lo había llevado a darle un poco más de horas de reposo. Nunca le había permitido llegar después de las 10, aunque no hubiera ninguna necesidad para hacerlo.
¿Estás sordo? Venite por el Muinicipio a las 12 y media.
Perfecto.
Martín estaba muy cansado y estresado. Saturado por encima de lo habitual. Hacía menos de dos meses que se había separado, pero disfrutaba su soledad. Prendió la tele.
Sí, ha bajado la desocupación en el último..
Y particularmene en el sector estatal. Desde la inversión pública se pretende inyectar a la economía…
Sí, es verdad. Hay más puestos de trabajo.
Bajo el volumen de la tele, se fue a la cocina: abrió la puerta de la heladera y se sirvió un vaso de agua. En vos alta dijo: Sí, estamos mejor.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

será que no tiene nada que ver con el resto? Muy bueno jean paul esa novela me suena un poco con aire orwelliano, no solo por el ministerio de desinformación sino por la evasión y mala actuación de las personas que estan dentro. Si yan pi esas pastas legales son la nueva era de la adiccion legal, cuantas personas no se toman esas cosas y plum! flat! el mundo esta mejor...y esas cosas las toman presidentes, señoras ricas, o personas que puedan pagarlo angustiados e insomnes al ver que el mundo esta más reborujado y desigual que sus entrañas. me gusta mucho tu historia y maestro, para mi será un honor escribir con VOS.

Jean Paul dijo...

Bueno gracias, pero lamentablemente la realidad supera cualquier ficción.
Escribamos algo a distancia.

Claude dijo...

Henry Miller decía que la gente que envidiaba a Dios no sabía lo que decía, ¿o les gustaría tener que tomar un montón de decisiones horribles?

Anónimo dijo...

jp...no te gusto mi final? esta muy mexicano? jaja chécalo, recuerda que puedo soñar otra cosa. Abrazo.

Nicolás Lucca dijo...

Sos un conchudo, no me podes hacer esto. Esta historia parece una biografía!

Jean Paul dijo...

Decía que es lo que nos hace la vida.
El final me gusto, pero tengo que cambiar algo.Traduzcan la frase de Miller.

Cooper dijo...

JEAN PAUL:
YO, GENTILMENTE, LE TRADUZCO LA FRASE DE MILLER, QUE SINTÁCTICAMENTE SERÍA ALGO ASÍ: " AY GORDO, YO NO SÉ CÓMO , NI DÓNDE SE PAGA LA LUZ, PORQUE MEJOR NO LO HACÉS VOS QUE YO SOY MEDIO TONTA? SÍ, PICHI, DALE... ¡¡ AY, QUÉ INTELIGENTE QUE SOS !!"
NO SE IMAGINA, JEAN PAUL, QUÉ TERRIBLE SERÍA TENER LA POSIBILIDAD DE ACABAR CON EL HAMBRE, LA GUERRA Y LA POBREZA.
¡¡ SERÍA ALGO TREMENDO !!.
SÉ QUE DIOS ENTIENDE DE QUÉ HABLO, Y QUE ADEMÁS NO SERÍA ENVIDIA SINO ADMIRACIÓN.
SALUDOS.

Claude dijo...

Miller trabajaba en una oficina de Correo donde era el encargado de contratar y despedir gente. La idea de la frase es que Dios tiene que hacer cosas así todo el tiempo. A Miller no le gustaba su trabajo.

Julián Sick dijo...

Cante Jondo, ni más, ni menos!

Jean Paul dijo...

Llego a la conclusión del que disfruta de su trabajo no es un privilegiado, sino un perverso o degenerado.
¿Que un cante jondo?
Gracias por la pasada.

el kaiser dijo...

vivamos 1984..
vivamos el capitalismo salvaje!